Cuantas cosas, cuantos años, cuantos recuerdos, vivencias y experiencias.
Como no recordar aquellos años en los que
Huelva no era La Luz, aquellos en los que la playa no era un recurso..., y como nos ilusionó la llegada de aquellos hoteleros, casi héroes, que invertían en aquella
Huelva desconocida.
A través de sus inversiones, vimos crecer y enriquecerse nuestra
Huelva, generando a partir de sus hoteles, toda una estructura turística de nuevos empresarios, agencias, productos, profesionales..., ¡y cómo éramos capaces de reconocer su valía...!, eran otros tiempos.
A
raíz de sus impulsos, se crearon las bases y estructuras necesarias para llegar hasta donde nos encontramos hoy. Fueron ellos los que posicionaron el destino en el mercado nacional e incluso internacional, y los primeros que acercaron aquellos primero guiris hasta
Huelva. ¡Qué orgullosos estábamos!.
Y si bien es verdad que no todos ni todo lo hicieron bien, y que también cometieron errores, pero no es menos verdad, que asociaron sus nombres y marcas al desarrollo de esta provincia, algunos pioneros como
Villalobos,
Echeverría, Bajo..., o marcas como
Ayamontino, Hoteles Pato..., y más coetáneos como
Zapata y su Puerto
Antilla, digno heredero entre otros, de aquella apuesta decidida, y valor empresarial.
Todos ellos se atrevieron cuando esto no tenía vistas de rentabilidad inmediata, y se hablaba poco de ocupación. Al fin y al cabo hicieron el trabajo duro y silencioso, que llevó con el tiempo a conseguir que el destino creciese hasta posicionarse con suficiente solvencia para que llegaran las cadenas,
invirtiendo su dinero, y no fondos societarios y accionariados diversos.
Hoy quiero recordarlos, porque creo que a muchos se les olvidaron. Especialmente ahora, que las ansiadas cadenas, en su estrategias de ocupación ,que no de rentabilidad, y después de haber
sobredimensionado la oportunidad del mercado, los ahogan, a veces sin pena ni tiempo para reflexionar en ellos. En este momento tan especial, más allá de sumar al destino, se convierten en otra boca que alimentar, para un mercado tan difícil.
Hoy quiero recordarlos porque me siento obligado, porque crecí con ellos, y de ellos aprendí, pero especialmente porque seguro que se lo merecen, y porque hay una deuda, que no siento como mía, sino como nuestra.
Pero con ello no quiero decir nada contra quienes en
Huelva dirigen estas cadenas, porque de ellos también tengo gratos recuerdos profesionales, y porque no son sino eficientes ejecutores de estrategias. Desde
Gonzalo, pasando por el buen
Pep..., y
hasta D. Juan Carlos todos han querido aportar con su sapiencia al destino, y también se lo agradecemos. Ni siquiera contra las propias cadenas, que las entiendo necesarias en el despegue final de un destino, y que son ayuda indispensable en la promoción del destino.
Pero lo que siento sobre todo, es que es el momento de animar y reconocer la labor de todos aquellos que nos abrieron al turismo con su apuesta, de los hoteleros independientes, para que en este momento, sientan un
respeto que se ganaron a través de los años.
He dicho.